Damián
Damián:
Hacer esto es muy difícil. Tantos sucesos me anulan y se traducen en silencio. Tengo una caja de fotos mental. Todas mezcladas. Te voy a contar cómo aparecen para enterrarlas en una cápsula del tiempo que evidencie que existimos.
Llegar a vos buscando un cambio en la rutina. Bocetos tuyos que todavía guardo. Los colores que usás. La casa del sur. La casa de San Telmo. El recorrido detallado por la casa de San Telmo que anoté en un cuaderno para no olvidar. El sexo. La primera vez que tomé ácido. La forma en que largabas el humo cuando te reías. Una vez que te pregunté cuánto fumabas y dijiste que no sabías y que no lo pensabas averiguar. El sexo. Gritarte. Preguntarte sin parar por qué durante la semana no me hablabas. El sexo. Las películas de animación que vimos en el cine de ácido. Todas las películas que me hiciste conocer. La angustia porque amabas a tu ex. Los celos por las chicas con las que seguías estando. Saber que perdiste la fe cuando te robaron tu autito de los Cazafantasmas. Lo gracioso que me parecías. Las comidas que probé con vos. No comer el resto de la semana. Pesar 50 kg. El verano derretidos por las calles de empedrado. Tu odio hacia Tom Hanks. Contar los días muertos que faltaban para volver a vernos. Pesar 47 kg. Que un día me sorprendieras en mi trabajo. Robar decenas de libros para vos. El sexo. Pesar 40 kg. Siete días de febrero en la costa, que organicé yo. Pelearnos hasta la destrucción horas antes de salir. Irnos igual. Siete días de febrero en la costa tomando ácido con el desayuno. Alojarnos en el hotel con la cafetería en la recepción. No tener sexo. Tener mucho frío. Ir a la playa vestida. Quemarme bajo el sol del mediodía y que durante años me quedara marcado el short. La calle Acapulco. Pelear y decirnos todo. Llorar cinco horas abrazada a vos.
Sacarte fotos. Que te quedaras con las mejores y no me las devolvieras. Que te quedaras con los negativos y perder la prueba material de esos recuerdos con vos. Cambiar los pasajes y avisar a todos que volvíamos. Tener sexo. Cambiar de opinión. Quedarnos un día más. Perder plata.
Que quisieras terminar por internet. Gritarte en un bar. Cortar. Tener sexo en la calle. Darte plata para viajar. Pensar en vos, pensar en vos, por años pensar en vos.
Escuchar I Don’t Want To Get Over You, de Magnetic Fields, en repeat como un mantra. Llamarte a las 4 am gritando. Ser mi peor versión. Volver a comer un poco. Conocer a un buen chico y, para perdonarte, romperle el corazón. Que él se lo rompiera después a alguien más. Continuar la cadena de irresponsabilidad.
Hablar cada tanto para comprar drogas. El mural que pintaste sobre Av. Independencia por el* que no quiero pasar. Vernos una última vez para volver al cine, al ritual.
Que me dijeras, de la nada y porque sí, que te pusiste de novio. Terminar la comunicación.
No saber nunca más cómo vincularme sin drogas. Volver a adelgazar. Volver a recuperarme. Encontrarte muchos años después en un recital. Encontrarte dos veces por la calle. No entender qué significa. Entender que no significa nada.
Correcciones
* En la grabación decimos la en lugar de el, pero asumimos que la protagonista de esta historia no quiere pasar ni por el mural, ni por la Av. Independencia, ni por ningún lugar que le recuerde a Damián.
Bio
La carta la escribió Florencia Lico. Nació en 1992 y vive en Banfield.
Nota de las editoras
En esta carta quisimos generar un ritmo asfixiante, encontrarle una musicalidad al caos. Nos volcamos hacia el uso del infinitivo para generar un sistema cohesivo. Así fue que quedó esta lista desgarradora del desamor.