Agustín

Agustín: 

No me puedo acordar si alguna vez te hablé de lo mucho que me impresiona el paso del tiempo. Ser testigos obligados de su viaje eterno me parece increíble. No sé, saber que la vida puede durar sesenta años más o terminarse hoy, mañana o la semana que viene. Amé, amo, amaré. A vos y a mí nos separan setecientos treinta días, pero hoy pensé en nosotros. Y en lo extraño que me resulta que una persona a la que le conociste los ojos tristes, hoy ya no sepa nada de vos. Me pareció oportuno contarte que, aunque pasó mucho en el medio, hay cosas que permanecen inmutables. Sigo tomando el café hirviendo y con cuatro cucharadas de azúcar. No soporto que salga el sol después de una tormenta escandalosa. Paso mucho tiempo en la estación de trenes, como antes. Pero ahora sin vos. Mi libro favorito es Con el diablo en el cuerpo, como en ese momento. Escribo, mucho. De todo y todos, de vos. No puedo dormir con alguien que respire muy profundo. Todavía tengo ganas de cortarme el pelo cortito, pero en estos dos años todavía no junté coraje. Sigo queriendo ser abogada, pero ahora estoy en proceso. No me crecieron las tetas ni un poco. Sigue siendo muy sencillo hacerme llorar. Sigo fumando y siempre Marlboro. Cuando escucho un tema de Calamaro, pienso en vos. No importa cuándo ni en qué contexto suene la canción. Calamaro sos vos. Sí, a grandes rasgos, podemos decir que soy la misma mina que alguna vez amaste. Sin embargo, hay tantas otras cosas que no son iguales. En primer lugar, me mudé a otra ciudad ¿te acordás de esa a la que no quería volver nunca? Bueno, ahora estoy acá y me gusta. Se murió mi abuela y me dolió más de lo que pensaba. Probé el porro y me gustó. Aumenté 3 kg y tengo el pelo más rubio y lacio. Se amplió muchísimo mi gusto musical, escuchate algún tema de Frusciante. Te vuela la cabeza. Ahora soy la graciosa de mi grupo  de amigos, ¿lo podés creer? Voy a la psicóloga, se llama Andy y tiene una risa muy contagiosa. Leí muchas cosas nuevas y ahora escribo más ficción, en algún que otro personaje se me escapa un rezago de vos. Ya no le tengo tanto miedo a estar sola. Y, sobre todo, no sabría de qué hablar con vos porque ya no te conozco. 

Te llevaste muchísimas cosas mías cuando te fuiste y en estos meses fui reclamándolas. Al principio, necesitaba tu amor de vuelta. Después, quise que me devolvieras* el tiempo que me habías robado. En algún momento, me quería de vuelta. Sí, fui tuya mucho más tiempo del que creés. Ahora te ruego que repongas mi posibilidad de sentir. Me rompiste, me dejaste en el banco de suplentes con la sensación de que jamás voy a volver a entrar a la cancha. No puedo volver a jugar y es tu culpa. Devolveme mi capacidad de amar y yo a cambio te doy esta sensación de que jamás voy a poder sentirme de esa manera otra vez. Y si realmente no podes restituir todo lo que te llevaste… volvé vos, negro. Volvé y simulemos que el tiempo no pasó.

Correcciones

* En el audio, “que me devuelvas el tiempo que me habías robado”.

Bio

La carta la escribió Valentina en 2017. Podés leerla acá.

Nota de las editoras

Esta fue una de las primeras cartas del proyecto. Fede se la había pedido a Valentina cuando se le ocurrió la idea y la tuvo guardada hasta que nos conocimos. Fue además la carta con la que probamos si la voz de Bianca podía funcionar como voz del programa. Pueden escuchar esa versión, desde un balcón de la costa atlántica, acá:

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